VIRXILIO VIEITEZ - FOTOGRAFO

VIRXILIO VIEITEZ
Fotógrafo

     
     Virxilio Viéitez nació en Soutelo de Montes en el año 1930. Trabajó, antes de dedicarse al mundo de la fotografía profesional, en las obras del aeropuerto de Santiago de Compostela, con 16 añoos de edad, y después en la zona del Pirineo aragonés, con 18, donde trabaja en los teleféricos. Ahí toma su primer contacto con el mundo de la fotografía, comprando una Kodak de formato 6 x 9. En el año 1949 vuelve de vacaciones a Soutelo. Con posterioridad se traslada a Palamós y comienza a trabajar como empleado del fotógrafo Pallí, con el que aprende el manejo de la cámara y el trabajo del laboratorio. Llega a hacer algunos trabajos dirigidos a la publicación "La Vanguardia". Aprovecha también el boom turístico de la Costa Brava para hacer retratos a los turistas que querían llevarse un recuerdo de España.

       En el año 55 ha de volver a Galicia por encontrarse su madre enferma, y unos meses después, al morir esta, ha de cumplir el servicio militar en A Coruña, estando ya casado. 

       En el 57 reemprende el trabajo fotográfico en Soutelo, cambia la cámara Retina por una Rollei y después incorpora una Voigtlander. Comienza a trabajar con asiduidad por toda la comarca de Montes (Beariz, Pedre, Avión, Millerada, San Marcos, Sanguñedo, A Barcia, etc). También ejerce de corresponsal de El Pueblo Gallego y de la emisora Voz de Vigo.

       Dentro de su actividad ocupan lugar importante los retratos para el carné de identidad y las bodas. En 1967 se compró un seat 1500, el "coche das noivas, que non podían ir nun 600". En la década de los 70 se introduce el color en sus trabajos, aunque el prefiere el blanco y negro, que le permite encuadrar y trabajar posteriormente la fotografía.

       En los 80 abandona toda actividad fotográfica y cede el relevo a sú hija Keta. Esta es la responsable, en el año 1997, del descubrimiento de la labor de su padre, tras organizar una exposición en Soutelo que muestra un centenar de fotografías de Virxilio, y que será vista por Manuel Sendón y Suárez Canal, los que tratan por todos los medios de que la obra del soutelano sea conocida no sólo en Galicia, sino en todo el mundo.

       La obra de Virxilio está compuesta sobre todo por imágenes realizadas en el exterior (huertas, calles y carreteras, plazas, el campo). Esto daba lugar a resultados insólitos pero armoniosos en la composición. En las fotografías de carretera, se reforzaba considerablemente la presencia del sujeto retratado, situado en el centro de la imagen, otorgándole un mayor impacto visual provocado por la sensación de espacio vacío que generaba.

       Cuida siempre con atención los fondos y los diferentes elementos que introduce, así como la posición del sueto y la relación entre ellos si son varios. No resulta extraña la inclusión de animales domésticos como la cabra, el gato o el perro, pero lo que sí resulta sorprendente es el modo en que lo hace, mezclándolos con los retratados vestidos de fiesta.

       En otras ocasiones el papel de los animales es suplido por otros elementos, siendo frecuente que hiciese posar a las mujeres, en los retratos individuales, con algún objeto en las manos, ya fuese un ramo de flores, un costurero o una cartera. La importancia que para Virxilio tenía la escenificación, que controlaba con gran sensibilidad, no daba lugar a imágenes sofisticadas, gratuitas o recargadas. Su fuerza estaba en su sencillez, a pesar de lo inusitadas que resultasen algunas de ellas.

       Es preciso reparar también en el gran número de fotografías que construye introduciendo como fondo los monumentales Chevrolets, Pontiacs, Fords o Cadillacs que los emigrantes traían de las Américas, como novedad y lujo que resultaba atractivo incluir en las fotografías. También incluía autobuses como  el Numancia o La Montañesa, e incluso su propia motocicleta, que aparece en gran número de instantáneas. A través de ellas incluso se puede ir comprobando el cambio de la sociedad, en el hecho del propio cambio de los coches americanos por los europeos, y más tarde la irrupción de los mil quinientos y de los seiscentos españoles.

       Si la escenificación es importante, no lo es menos la gran capacidad de Virxilio para captar la expresión de las gentes que fotografía, obteniendo imágenes de una extraordinaria vida. Encontramos expresiones de tristeza -las condiciones de vida en aquellos tiempos no eran para menos, no deja de ser la misma sociedad que Chano Piñeiro retrata en "Sempre Xonxa"-, de desconfianza, y en algún caso de satisfacción, pero todas ellas acompañadas de una seriedad que, unida a la cuidadosa elección de la vestimenta, muestra el respeto que tenían en aquel momento por el acto de retratarse, un acto absolutamente excepcional y trascendente, teniendo un significado muy diferente al de hoy, como Virxilio dice: "agora é distinto porque en cada casa hai unha máquina".

 
       El gran dominio que tenía del retrato le permitía lograr las imágenes que obtenía tirando normalmente un sólo negativo por retrato, siendo raros los casos en que tira dos fotogramas. El control que el ejercía sobre los sujetos y la capacidad para prever los resultados era total, "o cliente non tiña voz, o único que lle interesaba era saír guapo e non se preocupaba para nada do fondo da imaxe, eles mesmos preguntaban onde se tiñan que pór. Non era como agora, quen mandaba era o fotógrafo, era como un notario". Efectivamente, Virxilio es uno de los mejores notarios del mundo de la emigración y de sus trágicas consecuencias para la desmembración de las familias y del desligamiento de un mundo que ya no podemos observar si no es en sus hermosas y testimoniales fotografías.

       Virxilio fue reconocido ya a la altura de fotógrafos como Ksado o Manuel Ferrol, porque entre otras cosas, y como bien resalta Manuel Sendón, a pesar del gran número de cámaras que hoy en día existen y a pesar del gran número de fotografías que hay en todas las casas, mucho tememos que ninguna comarca quedará en este momento tan claramente reflejada en sus coordenadas de espacio y lugar como lo fue la Terra de Montes en este período por Virxilio Viéitez

 

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