CAPILLA DE SANTA ANA
A LAMA
PONTEVEDRA
A LAMA
PONTEVEDRA
El Ayuntamiento de A Lama es un municipio interior de la provincia de
Pontevedra y es eminentemente rural, con muchos lugares de interés y
espacios naturales de extraordinaria belleza que lo hacen propicio para
el turismo rural que está teniendo un gran auge en estos últimos
años.
A Lama es un municipio interior situado en el NE de la provincia de
Pontevedra. Tiene una extensión de 111,76 km². La distancia a la capital
de la provincia es de 24 km y a Vigo de 42 km.
Los Ayuntamientos limítrofes son al noroeste Cotobade, al oeste Ponte
Caldelas, al sur Fornelos de Montes, al noreste Forcarei, todo es la
provincia de Pontevedra, y al este con Beariz, en la provincia de
orense. Las principales vías de comunicación son las carreteras
Pontevedra - La Cañiza que pasa por las parroquias de Verducido y
Gajate, y la carretera que viene del ayuntamiento de Cotobad y pasa por
la parroquia de Antas comunicando con el ayuntamiento de Beariz.
Las tierras de A Lama estuvieron pobladas desde Épocas Prehistóricas, conservándose restos arqueológicos de las culturas megalíticas desde los años 4000 a 2000 a de C. como las mámoas de Portela da Cruz, O Seixo, O Suido, y en Antas.
De la Edad de Bronce se encontró en La Lama una espada de tipo
argárico del año 1500 a de C. y en Verducido y en el Castro de Gaxate
varias hachas de bronce. De esta edad son los grabados rupestres en Chan
do Campo, Outeiro Seixiño, Val do Gato, y Laxa das Puzas (Verducido).
Perteneciente a la Cultura de los Castros existen tres identificados:
el Monte del Castro en Gajate, el Monte del Castro en La Lama, y el de
Gende.
En la Época Medieval la zona norte fue colonizada por los Monjes de
Armenteira a partir del Siglo XV y el resto pertenecía a los señores de
Soutomaior entre los que destacó Pedro Álvarez ("Pedro Madruga"), que
contaba con una fortaleza en Fornelos.
Ya en los siglos XVII y XVIII hay que destacar el aumento de
población y de la ganadería por la introducción del maíz, la patata y
la castaña procedentes de América, y el cambio que supuso en la
agricultura. Con estas mejoras comienza a desaparecer la emigración a
Castilla de los temporeros para la siega del trigo en verano, hasta su
total desaparición en el siglo XIX, y aumenta la construcción de
caminos, iglesias, pazos y puentes. De esta época son los puentes de
Verducido sobre el río Parada, el del antiguo camino de Ribadavia a
Pontevedra y el de Liñares.
En el Siglo XIX España es invadida completamente por los franceses.
Desde 1809 se constituyeron puestos de vigilancia denominados "alarmas"
desde los que se hostigaba a las tropas enemigas. Hay que destacar
tres enfrentamientos, el de Pontevedra, el de Puentecaldelas y el de
Puentesampayo, marcados por el uso de cañones hechos de madera de boj.
La emigración a América hace posible la compra de las tierras a los
nobles y la construcción de edificaciones educativas y centros de
beneficencia. A pricipios del siglo pasado hubo una emigración en
dirección a América del Sur con destinos como Argentina, Brasil,
Venezuela y en América central México. Después de la Guerra Civil
Española, la emigración se dirige hacia Europa, siendo Francia, Suiza,
Alemania, y Bélgica los países de destino.