Construido en un estrecho valle, a las orillas del río Oseira, posee una orientación envidiable, abrigado del frío viento del norte y abierto al sol del mediodía. Sus orígenes se remontan a 1137 en que cuatro monjes, que vivían bajo la Regla de San Benito, solicitan a Alfonso VII la propiedad de estas tierras. El rey se la concede y en 1.141 llega una colonia de monjes cistercienses enviados por el propio San Bernardo. Así, es desde su fundación el primer monasterio cisterciense de Galicia. Desde entonces y hasta 1.835 (Desamortización de Mendizabal) se fue construyendo el fastuoso conjunto que ocupa 42.000 metros cuadrados. Después de una etapa de abandono y ruina, en 1.929 vuelven los monjes blancos y comienzan su reconstrucción hasta hoy en día en que se sigue trabajando en él. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
Desde
la zona destinada a estacionamiento se puede acceder al recinto
paralelamente a la iglesia, pero preferimos hacerlo por la pequeña calle
que lleva al autentico Arco de Entrada. Desde aquí podemos observar la
fachada principal, una vista lateral de la iglesia y unos jardines
perfectamente cuidados. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
La
fachada del monasterio es de principios del s. XVIII. Consta de tres
plantas; en la primera vemos un arco de medio punto que da acceso al
vestíbulo. A los lados de este arco hay cuatro columnas salomónicas con capiteles corintios que sostienen el balcón central. Entre ellas tenemos escenas de la vida de San Bernardo y San Benito. Sobre el balcón hay un escudo de España y sobre las puertas de los balcones están los escudos de las ordenes militares afines al Cister. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
Perpendicular
a esta fachada tenemos la de la Iglesia Mayor. Esta es de la primera
mitad del s. XVII. Como es habitual en los monasterios del Císter, a
ambos lados de la puerta están las imágenes de San Benito y San
Bernardo, y encima, en una hornacina en medio del frontón partido, la de
la Asunción. Más arriba los escudos de la Congregación de Castilla y el de Osera. Por último, entre las torres, el escudo de Castilla y León. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
En
el vestíbulo están los horarios de visitas, que son guiadas, y la
tienda del monasterio donde se pueden comprar gran variedad de recuerdos
además de pagar la entrada. Desde esta accedemos al primero de los
patios, llamado Claustro de los Caballeros. Del siglo XVIII debe su
nombre a que en el se recibían a los caballeros de las ordenes militares
y peregrinos. En torno a él se encuentran las caballerizas. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
Para
pasar al siguiente claustro pasaremos por delante de la Escalera de
Honor construida a mediados del siglo XVII en estilo herreriano. En las
paredes laterales se pueden observar las hornacinas con las imágenes de
los santos de la orden. El Claustro de las Procesiones ó de los Medallones de mediados del s. XVI se denomina así por estar decorado con 40 caras de personajes ilustres (decoración también empleada en otros monasterios). Desde aquí visitamos la Iglesia a través de su puerta sur |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
La
iglesia, de estructura románica con inclinación gótica, se empezó a
construir en la segunda mitad del s. XII y se termino en el s. XIII.
Tiene planta de cruz latina, tres naves en el brazo mayor, una en el
crucero, cabecera semicircular y altar rodeado de girola. En la parte
central del crucero se alza una estupenda cúpula. La girola es una de las partes más elaboradas del templo, con cinco capillas absidales. En el arco central del altar podemos observar una bonita talla románica de la Virgen de la Leche. La bóveda plana, espectacular alarde de ingeniería, sostiene la tribuna y aunque fue construida en el siglo XVI conserva la nervadura gótica. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
De
la iglesia pasamos, a través de la sacristía, a la Sala Capitular. Obra
del s. XV que siempre me ha impresionado. Esta construida sobre cuatro
columnas distintas que sostienen la bóveda de cruceria, con florones en
las claves y ménsulas en los estribos. La nervadura, que arranca de los
fustes, sin capitel, se eleva a modo de palmeras y se entrelaza en las
bóvedas. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
Visitamos
por último el Claustro de los Pináculos a través de un corredor
abovedado con laudas funerarias. Es obra del s. XVI y al igual que el de
Sobrado solo tiene tres lados; la tercera pared, con robustos
contrafuertes, no se construyo para no quitar la luz a la Sala
Capitular. |
FOTO: XOAN ARCO DA VELLA |
La
localización del monasterio es muy sencilla y bien señalizada. En la
carretera de Ourense a Santiago (a 25 km. de Ourense) hay un cruce a la
derecha que nos lleva a Cea, desde aquí, a unos 8 km. esta Osera y en
ella el monasterio. También se puede acceder fácilmente desde Chantada, Rodeiro o Carballino. Hay que prestar atención a los horarios de visita. |
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XOAN ARCO DA VELLA
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