POBLADO MINERO DE SAN FINX
MINAS DE SAN FINX
LOUSAME
La historia documentada de las minas de San Finx, comienza cuando el ciudadano británico Sir Thomas Winter Burbury llegó al área de Noia en la década de 1880 y, después de hacer algunas prospecciones, solicitó concesiones mineras de estaño.
Estas estaban situadas por los alrededores de Noia, y le fueron donadas a su sobrino Sir Henry Winter Burbury. Este último fue haciendo prospecciones y en 1890 aparece como propietario de la concesión Phoenicia, inscrita en el Registro de la Propiedad de Noia, ubicada en San Finx, y que se convertiría a lo largo del siglo XX, junto con el funcionamiento de las cinco fábricas de papel en las orillas del río San Xusto y del Vilacoba, en el referente del patrimonio industrial del concello de Lousame.
Mas aún, este yacimiento llega a ser el motor económico de Lousame y de todo el entorno en las décadas centrales del siglo XX, en las que predominaba la necesidad y el hambre.
La compañía inglesa “The San Finx Tin Mines Limited” registra la concesión minera de estaño “Phoenicia” situada en el lugar de Covas dos Mouros, cerca de la aldea de Forjano (actualmente Froxán).
Estos son los primeros documentos modernos que hacen referencia a la explotación de las minas de San Finx, pero si nos fijamos en la etimología de los topónimos anteriores y de otros que encontramos en el entorno (Fonte Ferreiros, O Agro do Forno...), nos induce a pensar que ya en épocas muy antiguas hubo en este lugar explotación y fundición de minerales.
Tras pasar por varios cambios de propietarios, siempre ingleses, las Minas tuvieron su último gerente de esta nacionalidad desde 1933 hasta el final de la Guerra Civil, su nombre era Alfred Burne, que durante este período residía en la casa de gerencia construída por sus antecesores.
Durante este período, el mineral que se explotaba era el estaño, fundamentalmente, pues el wolfram aun no tenía tantas aplicaciones conocidas.
La Fiebre del Wolfram.
Es esta una etapa de importancia primordial en la historia de las minas de San Finx, que se correponde con los años 40 y 50, que es cuando se comienza también con la extracción de este otro mineral, el wolfram, que también aparece en San Finx con mucha pureza y con una abundancia similar a la del estaño.
Este período de gran valor del mineral (wolfram), dada la demanda de los países que estaban involucrados en la segunda guerra mundial, especialmente Inglaterra y Alemania, da lugar a que lleguen a Lousame cientos de personas desde ayuntamientos limitrofes y otros no tan próximos como consecuencia del hambre con el que se convivía en los primeros años de la posguerra.
Esta gente, que venía diariamente a pie por los diferentes caminos, que se convertían en hervideros desde las primeras horas de la mañana o se quedaba a dormir en las aldeas próximas a las minas, trabajaba extrayendo wolfram a nivel superficial en la llamada "zona libre" 1.
A esta forma de ganar unas pesetas cuando tanto se necesitaban le llamaban los propios trabajadores (tanto de la zona libre como del monte de los alrededores), "andar á roubacha" o "ir ás pintas".
Es en este contexto de miseria y hambre cuando San Finx supuso un impulso importante en la economía de la zona, y como consecuencia también la demografía de Lousame se ve afectada, creciendo la población de los alrededor de 4000 habitantes que tenía el ayuntamiento en 1900 hasta superar los 6500 en el año 1955.
Este hecho es mas significativo si tenemos en cuenta que esta primera mitad del siglo XX se caracteriza en toda Galicia por una masiva emigración hacia América en busca de una mejora en el medio de vida cuando en nuestra tierra había pocas posiblidades de progresar.
El colectivo femenino formaba una importante parte del contingente de los habitantes y trabajadores de las Minas en esta época, conviviendo las trabajadoras sin contrato con aquellas que si tenían su situación laboral regulada.
Ellas desempeñaban todo tipo de trabajos, servicio doméstico, cargando vagones, separando el mineral, secándolo, llevando agua a las casas y fábricas mientras no se introduce el agua corriente, trayendo leña para las fábricas (los hornos y secadoras del mineral se calentaban con leña de tojo) y casas o buscando estaño y wolfram.
Como puede evidenciarse, en esta época de mayor explotación el trabajo de las mujeres es fundamental en San Finx, pero no sólo vivían mujeres que trabajaban en la mina, también habitaban allí algunos trabajadores con sus familias: ascendientes, mujeres e hijos.
En el contorno de la infraestructura minera, debido a la cantidad de gente que allí trabajaba, se constituye poco a poco un poblado. Tanto los mineros como sus familias podían residir en las casas construidas por la empresa explotadora para tal fin: El Cuartel Nuevo, El Cuartel Viejo, Las Casas Baratas, La Casa del Páramo... Los gerentes residían, hasta los años 60, en la Gerencia; en la Casa Azul vivían facultativos y pagadores y sus familias; en la Casa de Castiñeiros, se alojaban facultativos; el médico vivía en la Casa de Regos; en la Casa del Páramo vivían los trabajadores solteros; en el Cuartel Viejo vivía un grupo escogido de trabajadores, oficinistas, encargados....; en el Cuartel Nuevo (donde hoy están situadas las separadoras magnéticas y los hornos) se alojaban entre 40 y 50 mineros, disponiendo una pequeña fonda, cocina y carnicería; se podía contratar el servicio de cocinera.
En las casas baratas, dos edificios con tres viviendas cada uno, residían algunos trabajadores y sus familias.
Por estas casas pagaban, dependiendo de la época, entre una y dos pesetas, precio en el que se incluía tanto el alojamiento como la electricidad.
Buena parte de estas edificaciones fueron construidas en la etapa de propiedad inglesa.
Estas minas hay que relacionarlas también con gran cantidad de muertos: en los años 20 por las penosas condiciones de trabajo con polvo siempre en suspensión, lo que dio a muchos muertos por silicosis; pero también hubo abatimientos de galerías, asesinatos cuando la gente andaba robando y haciendo contrabando de mineral, etc.
A partir de los años 60 el precio de los minerales va decayendo y con el viene el progresivo abandono de la explotación que termina a finales de los años 80 con el cese de la actividad extractiva.
No obstante, la imagen de las minas que todavía perdura en la memoria de la gente, es de un creciente núcleo de población, en el que una gran multitud de gente trabajaba y se desplazaba de un lado para otro.
Es una imagen de progreso económico en la que había, además maravillosos jardines, piscina, pista de tenis, y otras instalaciones deportivas en este, otrora, importante núcleo minero.
En la actualidad se está reabilitando el poblado de la mina y ya está acondicionada como museo y centro de interpretación la antigua escuela. Esto supone el resurgir de este lugar que tanta importancia, a todos los niveles, tuvo para Lousame.
MAPA
Entrevista a Teodomiro Hidalgo Iglesias ("Don Teo"), médico da Mina de San Finx.
Fuente: Concello de Lousame
XOAN ARCO DA VELLA